El flujo de la vida
¿Por qué la vida transcurre de la forma que lo hace? ¿Cómo es posible que un encuentro fortuito pueda cambiar tu vida entera? ¿Cómo puede ser que el dolor y la adversidad acaben conduciendo a algo bueno, algo positivo? Puede que alguna vez te hayas hecho estas preguntas. Desde luego, fueron este tipo de inquietudes las que moldearon la vida de Evert, igual que el rol decisivo que tuvo en MIRON Violetglass.
Una empresa familiar
La familia de Evert tenía una tienda. En realidad, Evert no tenía demasiado interés en convertirse en tendero; sus verdaderas aficiones eran el deporte y la medicina. Aún así, cuando sus padres le necesitaron para llevar el negocio, se encargó de la tienda durante dieciocho felices años. En ese tiempo, sufrió un accidente de coche que parecía leve pero que en realidad le causó dolores durante dieciocho meses, lo que le condujo a una depresión severa. Evert llegó a la conclusión de que necesitaba llevar un estilo de vida más saludable, y su actitud positiva le permitió quedarse con la cosas buenas que había aprendido durante su etapa adversa. Y es que él siempre vio el vaso medio lleno, y no medio vacío.
Rayos de sol mágicos
A principios de la década de los noventa del siglo pasado, su padre falleció y Evert se dio cuenta de que su madre padecía una enfermedad mental. Los médicos eran incapaces de encontrar la causa o la cura, y la enfermedad de su madre empeoraba por momentos. Evert sabía que tenía que hacer algo, y fue entonces cuando probó con la medicina alternativa y descubrió que su madre era alérgica a más de 250 alimentos. Aún así, seguía perdiendo peso y empeorando cada vez más.
Siguiendo el consejo de un médico de medicina holística, Evert se mudó a Portugal. Esa fue su primera experiencia con la capacidad sanadora de los remedios solares MIRON, gracias a una mayor exposición a los mágicos rayos solares y a los productos naturales enriquecidos por el poder del sol que le había recomendado el médico holístico. Los resultados fueron casi milagrosos y la madre de Evert prácticamente recuperó toda su vitalidad. Fascinado e intrigado por el cristal violeta de MIRON, Evert decidió investigar más a fondo. El cristal funcionaba, como había podido comprobar, pero no sabía por qué. Y quería averiguarlo.
Mirar el mundo a través de un cristal violeta
¿Fue Evert quien encontró el cristal violeta o el cristal violeta lo encontró a él? El médico holístico que le había recomendado sus remedios curativos le dijo a Evert que la empresa estaba pasando por dificultades financieras y le animó a involucrarse. Evert lo tenía claro: el cristal violeta lo había enamorado y conmovido, así que creyó en él e invirtió en la empresa. Y aún más, acabó finalmente viajando a Suiza para convertirse en el director. No eran tiempos fáciles; la empresa había empleado muchos años tratando de encontrar su camino. Y era necesario reorganizar, revitalizar y reinventar.
Millones de biofotones
Evert trasladó la compañía a Hoogeveen, su ciudad natal en los Países Bajos e invirtió tiempo, dinero y energías en estudiar la ciencia que había tras el cristal violeta: la biofotónica. La biofotónica es la ciencia que estudia los rayos invisibles que casi todas las células vivas emiten. Le fascinó descubrir (porque es realmente asombroso), que todos absorbemos y desprendemos millones de biofotones constantemente. Y aún más asombroso era descubrir que la evidencia cada vez mayor de que absorber más biofotones se traduce en un incremento de la vitalidad y en una mayor prevención de las enfermedades. Así que, la pregunta era obligada: ¿cómo podemos absorber más biofotones? Y la respuesta, simple: exponiéndote más a los rayos de sol y tomando más productos naturales. ¡Exactamente lo que la madre de Evert había estado haciendo en Portugal unos años antes!
Antes de tiempo
Puede que Evert fuera un adelantado a su tiempo. Al fin y al cabo, conceptos como sostenibilidad, economía circular y mínima intervención natural es la filosofía que siguió durante más de treinta años. Y esta filosofía pasó igualmente a formar parte de MIRON Violetglass desde el principio. Hoy en día, Evert sigue tan curioso como siempre: no deja de formarse y aprender acerca de los sorprendentes efectos de los rayos solares, sigue investigando en nuevas ideas y descubrimientos acerca del cristal violeta MIRON y de la vitalidad de los ingredientes. La ambición de Evert no se apaga: sigue creyendo firmemente que todo el mundo, individuos, familias y comunidades, debe beneficiarse de los biofotones presentes en los productos naturales.
Compartiendo con el mundo
El sueño de Evert fue compartir la magia del cristal violeta con el mundo, conseguir que otros entendieran y sintieran el poder curativo del sol. Miles de clientes en más de 70 países son la prueba de que la empresa ha conseguido hacer realidad sus sueño. Y no sólo porque creó una marca internacional sino sobre todo porque ha conseguido que volvamos a conectar con la naturaleza.